domingo, 27 de septiembre de 2009

Encendida defensa a favor de la “Estrella de la Muerte”


En medios académicos rusos, es ampliamente aceptada la existencia -hipotética y polémica-, de un astro estelar, que gravitando como un segundo sol, sería el causante de eventos terroríficos y cuasi apocalípticos, como las repetidas extinciones que -de un modo incontestable- la historia geológica de nuestro globo registra.

Un cuerpo cósmico que se acerca al Sol, y por lo tanto a la Tierra, cada 32 millones de años, pudo haber sido el causante de la desaparición de variadas especies animales -los dinosaurios entre ellos- en opinión del científico ruso OLEG DOBROVOLSKY.

Según el astrofísico, la teoría planteada oportunamente por los científicos occidentales acerca de la llamada “Estrella de la Muerte”, debe ser reconsiderada y estudiada en profundidad, ya que según dice este científico ruso, “existen pruebas e indicios verosímiles”.

Dobrovolsky señala que “todos los cuerpos sólidos del Sistema Solar, apreciables telescópicamente, presentan claramente en sus respectivas superficies, la inequívoca señal de impactos meteoríticos”, y complementariamente agrega “en el caso de la Tierra, está comprobado que este tipo de fenómenos ha causado en varias oportunidades extinciones biológicas masivas”.

En opinión del astrofísico, la posibilidad más real, es que la “Estrella de la Muerte” describa una órbita elíptica que la acerca al Sol cada 32 millones de años, pero antes debe atravesar la llamada “Nube de Oort”, que es una inmensa aglomeración de cuerpos menores ubicada en la periferia del Sistema Solar.

Esta nube sería un gran “basurero cósmico”, y estaría constituida por núcleos helados de cometas, es decir cometas incipientes, que girarían en órbitas muy estables. Estos gravitarían en torno al astro central, junto con materiales residuales, que se podrían interpretar como último vestigio de la nebulosa original, de la cual el Sistema Solar se habría formado.

El encuentro cósmico entre la Estrella de la Muerte y la Nube de Oort provoca, según esta originalísima teoría científica, una gigantesca lluvia de meteoroides, cometas, y asteroides, que dura millones de años, y que se precipita sobre todos los cuerpos del Sistema Solar.

Las investigaciones geológicas, paleontológicas, y astrofísicas -enfatiza Dobrovolsky- permiten señalar una fecha coincidente, entre la última gran lluvia de meteoritos sobre la Tierra, y la extinción de numerosas especies animales y vegetales.

El especialista ruso, indica que todavía no es posible precisar dónde (en que punto exacto del Cielo) reaparecerá la “Estrella de la Muerte”, porque según dijo, harán falta varios años de estudio para determinar su órbita exacta.